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Cálculos biliares ¿Conoces los síntomas y el tratamiento?

viernes, 30 de agosto de 2024

Los cálculos biliares son un problema común que afecta a la vesícula biliar,  el cual es un órgano pequeño ubicado debajo del hígado. Cuya función principal es almacenar la bilis.

Estos cálculos, también conocidos como colelitiasis, pueden variar en tamaño y cantidad. Y, aunque muchas personas no presentan síntomas, en algunos casos pueden causar dolor intenso y complicaciones graves.

Vamos a tratar en detalle qué son los cálculos biliares, cómo se forman, qué síntomas pueden causar y cuáles son las opciones de tratamiento disponibles.

¿Qué son los cálculos biliares?

Los cálculos biliares son depósitos endurecidos que se forman dentro de la vesícula biliar. Estos depósitos pueden estar compuestos de colesterol, bilirrubina o una combinación de ambos. Los cálculos de colesterol son los más comunes y se forman cuando hay un exceso de colesterol en la bilis. Por otro lado, los cálculos de pigmento, que son menos comunes, se forman a partir de bilirrubina, una sustancia que resulta de la descomposición de los glóbulos rojos.

La vesícula biliar almacena la bilis producida por el hígado y la libera en el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas. Cuando hay un desequilibrio en las sustancias que componen la bilis, como el colesterol o la bilirrubina, pueden formarse cálculos biliares. Estos pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf.

¿Quién tiene riesgo de desarrollar cálculos biliares?

Cualquier persona puede desarrollar cálculos biliares. Pero ciertos factores aumentan el riesgo de padecerlos.

Sexo y edad. Las mujeres, especialmente las mayores de 40 años, tienen un mayor riesgo debido a las hormonas que pueden aumentar el colesterol en la bilis.

Obesidad y dieta: El sobrepeso y una dieta alta en grasas y colesterol pueden contribuir a la formación de cálculos biliares.

Embarazo. Durante esta etapa, los niveles hormonales pueden alterar el equilibrio de la bilis, lo que conlleva un aumento del riesgo.

Enfermedades y condiciones médicas. Algunas enfermedades como la cirrosis hepática, la anemia hemolítica y ciertos trastornos digestivos también pueden predisponer a la formación de cálculos biliares.

Síntomas de los cálculos biliares

Muchas personas con cálculos biliares no experimentan síntomas y desconocen su presencia a lo largo de los años. Estos cálculos “silenciosos” no suelen requerir tratamiento. Sin embargo, cuando un cálculo bloquea uno de los conductos biliares, puede causar síntomas agudos, conocidos como un ataque de vesícula biliar. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor abdominal intenso. Generalmente en la parte superior derecha del abdomen, que puede irradiarse hacia la espalda o el hombro derecho. Este dolor suele aparecer de repente y puede durar desde minutos hasta varias horas.
  • Náuseas y vómitos. Frecuentemente acompañan al dolor abdominal que hemos descrito.
  • Ictericia. Es la coloración amarillenta de la piel y los ojos, que ocurre cuando un cálculo bloquea el conducto biliar común, impidiendo que la bilis llegue al intestino.
  • Fiebre y escalofríos. Pueden ser signos de una infección en la vesícula biliar, conocida como colecistitis.

¿Como es el diagnóstico de los cálculos biliares?

El diagnóstico de los cálculos biliares generalmente comienza con una evaluación clínica basada en los síntomas del paciente. Sin embargo, dado que los síntomas de los cálculos biliares pueden ser similares a los de otras afecciones abdominales, se requieren pruebas de imagen para confirmarlo. Las pruebas más comunes realizadas por los profesionales de la salud son:

  • Ecografía bbdominal. Es el método más utilizado para detectar cálculos biliares. No es invasiva y puede identificar incluso cálculo de un tamaño pequeño.
  • Tomografía computarizada (TC): Puede proporcionar imágenes más detalladas y es útil en casos más complejos.
  • Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica (CPRE). Combina endoscopia y radiografía para identificar y tratar problemas en los conductos biliares, incluyendo la extracción de cálculos.

Tratamiento de los cálculos biliares

El tratamiento de los cálculos biliares depende de los síntomas y la gravedad de la afección. Para los cálculos biliares asintomáticos, a menudo no se requiere tratamiento inmediato. Sin embargo, cuando los cálculos causan dolor u otras complicaciones, hay que considerar otras opciones para el tratamiento.

Tratamiento médico

Para los pacientes con síntomas leves o que no pueden someterse a cirugía, los medicamentos pueden ser una opción. Algunos medicamentos ayudan a disolver los cálculos de colesterol, aunque este proceso puede ser lento y a algunos pacientes no le es efectivo. Los cálculos biliares pueden volver a formarse si se interrumpe el tratamiento.

Cirugía: colecistectomía

La colecistectomía, o extirpación de la vesícula biliar, es el tratamiento más común y efectivo para los cálculos biliares sintomáticos. Esta cirugía se puede realizar de dos maneras:

  • Colecistectomía laparoscópica: Es el método más común y menos invasivo. Se realizan pequeñas incisiones a través de las cuales se insertan instrumentos quirúrgicos y una cámara para guiar la extracción de la vesícula.
  • Colecistectomía abierta: Se realiza a través de una incisión más grande en el abdomen y se reserva para casos más complicados o cuando no es posible realizar la cirugía laparoscópica.

Después de la extracción de la vesícula, la bilis fluye directamente desde el hígado al intestino delgado. Aunque la mayoría de las personas no tiene problemas digestivos graves después de la cirugía, algunas pueden experimentar una diarrea temporalmente.

¿Cómo podemos prevenir los cálculos biliares?

Aunque no siempre es posible prevenir la formación de cálculos biliares, ciertos cambios en el estilo de vida pueden reducir el riesgo.

Mantén un peso saludable. La obesidad es un factor de riesgo, por lo que mantener un peso saludable mediante dieta equilibrada y ejercicio regular puede ayudar a prevenir los cálculos biliares.

Dieta equilibrada. Limitar el consumo de grasas saturadas y colesterol, y aumentar la ingesta de fibra, puede reducir el riesgo.

Evita ayunos prolongados. Los ayunos o dietas muy bajas en calorías pueden aumentar el riesgo de formación de cálculos, ya que reducen la motilidad de la vesícula biliar.

Los cálculos biliares son una afección común que puede variar desde ser completamente asintomática hasta causar dolor intenso y complicaciones graves. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para evitar problemas mayores. Si presentas síntomas o tienes factores de riesgo, es importante que consultes con un médico para evaluar la mejor estrategia de manejo.

En el Hospital La Antigua, te ofrecemos el mejor cuidado y asesoramiento para que puedas tomar decisiones informadas sobre tu salud. Si tienes dudas o necesitas más información sobre los cálculos biliares, no dudes en contactar con nosotros.