¿Y cuales con los síntomas que podemos tener?
El ERGE presenta síntomas que afectan tanto la vida diaria como el bienestar general. Los síntomas más característicos son la acidez o el ardor en el pecho, una sensación que puede extenderse hacia la garganta.
Algunos pacientes experimentan regurgitación, en la que los ácidos estomacales o los alimentos vuelven a subir hacia la boca. El dolor en el pecho es otro síntoma común, y en algunos casos, puede ser lo suficientemente intenso como para confundirse con un ataque al corazón.
Otros signos incluyen dificultad para tragar, conocida como disfagia, así como una sensación de nudo en la garganta o tos crónica, que puede derivar en ronquera o dolor de garganta persistente.
Estos síntomas suelen empeorar después de comer o cuando el paciente se acuesta, ya que la gravedad favorece el reflujo del ácido. Es fundamental buscar atención médica si los síntomas persisten, ya que el reflujo prolongado puede causar complicaciones serias.
¿Que podemos hacer para mejorarlo? Tratamiento del reflujo gastroesofágico
El tratamiento para el ERGE varía según la gravedad de los síntomas y el grado de daño al esófago. En la mayoría de los casos, se puede controlar con una combinación de cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, cirugía.
Los cambios en el estilo de vida son la primera línea de tratamiento. Se recomienda evitar comidas abundantes y pesadas, especialmente antes de acostarse, y elevar la cabecera de la cama para evitar el reflujo durante la noche. Mantener un peso saludable es crucial, ya que la pérdida de peso puede reducir significativamente la presión en el estómago y mejorar los síntomas. También es importante dejar de fumar, que debilita el esfínter esofágico inferior.
En cuanto al tratamiento farmacológico, los antiácidos proporcionan alivio rápido al neutralizar el ácido, aunque sus efectos son de corta duración. Los bloqueadores de los receptores H2 ayudan a reducir la producción de ácido y ofrecen un alivio más prolongado. Sin embargo, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son los medicamentos más efectivos para el control del ERGE, ya que bloquean la producción de ácido de manera más eficiente, permitiendo que el esófago sane más rápido y de manera prolongada.
En los casos más graves de reflujo gastroesofágico, donde los medicamentos no logran controlar los síntomas o cuando hay complicaciones, como esofagitis severa o esófago de Barrett, puede ser necesaria una intervención quirúrgica. El procedimiento más común es la fundoplicatura de Nissen, que consiste en reforzar el esfínter esofágico inferior para evitar que el ácido regrese al esófago. En este procedimiento, la parte superior del estómago se envuelve alrededor del esófago, creando una barrera que previene el reflujo. Este tipo de cirugía puede realizarse de manera mínimamente invasiva y tiene buenos resultados en pacientes que no responden bien a los tratamientos médicos.
¿Que complicaciones se pueden presentar por culpa del reflujo?
Si el ERGE no se trata adecuadamente, pueden surgir complicaciones graves que afecten tanto al esófago como a la salud general del paciente. Una de las complicaciones más comunes es la esofagitis, que es la inflamación del revestimiento del esófago debido a la exposición prolongada al ácido. La esofagitis puede causar dolor y dificultad para tragar, y si no se trata, puede llevar al desarrollo de estenosis esofágica, una condición en la que el esófago se estrecha debido a la formación de tejido cicatricial.
Otra complicación seria es el esófago de Barrett, una condición en la que las células normales del revestimiento esofágico son reemplazadas por células anormales. Este cambio celular es una respuesta al daño crónico causado por el reflujo y aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de esófago. Aunque el esófago de Barrett no siempre progresa a cáncer, es importante realizar un seguimiento médico constante para detectar cualquier cambio precoz.