El sistema inmunitario tiene la misión de protegernos frente a virus y bacterias. Sin embargo, en ocasiones, reacciona de forma exagerada ante sustancias que son inofensivas para la mayoría de las personas, como el polen, el pelo de los animales o ciertos alimentos. Esta respuesta es lo que conocemos como alergia, y puede condicionar notablemente la calidad de vida de quien la padece, provocando desde estornudos constantes hasta problemas digestivos o fatiga.
El Prick Test, también llamado prueba de punción cutánea, es el método más eficaz y rápido para identificar exactamente qué sustancias están desencadenando esas reacciones. Es una herramienta esencial en la consulta de alergología porque permite obtener un diagnóstico en tiempo real, posibilitando que el paciente sepa, en apenas unos minutos, a qué debe enfrentarse y cómo puede empezar a tratar sus síntomas de forma específica.
En el Hospital La Antigua, entendemos que convivir con una alergia sin diagnóstico genera una gran incertidumbre. El Prick Test es el primer paso para recuperar el control, ya que no solo identifica el problema, sino que ayuda al especialista a diseñar un plan de tratamiento personalizado, ya sea mediante la evitación del alérgeno, medicación o inmunoterapia.
¿Qué es el Prick Test y cómo funciona?
Esta prueba consiste en exponer la piel a cantidades minúsculas de diferentes extractos alérgenos para observar si se produce una reacción inflamatoria local. A diferencia de otras analíticas que pueden tardar días en ofrecer resultados, el Prick Test aprovecha la presencia de anticuerpos en las células de la piel para dar una respuesta inmediata. Es una prueba de alta sensibilidad, lo que significa que es muy raro que una alergia importante pase desapercibida bajo este examen.
El proceso es sumamente sencillo y se realiza habitualmente en la cara interna del antebrazo. El especialista coloca unas gotas de los alérgenos sospechosos sobre la piel y realiza una mínima punción sobre cada una de ellas para que la sustancia penetre en la epidermis. No es un pinchazo profundo ni doloroso; es una leve presión que permite al sistema inmunitario interactuar con la sustancia y mostrar si existe una sensibilización previa.
La importancia de los controles positivo y negativo
Para garantizar que la prueba es fiable, siempre se utilizan dos controles adicionales. Uno de ellos es la histamina (control positivo), que debe provocar una reacción en cualquier persona para confirmar que la piel responde correctamente. El otro es el suero fisiológico (control negativo), que no debe generar ninguna reacción. Esto nos asegura que los resultados obtenidos no son fruto de una piel excesivamente sensible al roce o al contacto físico.