El ictus es una de las principales causas de discapacidad y mortalidad en España. Este problema de salud ocurre de forma repentina y puede cambiar la vida de una persona en cuestión de minutos. Aunque puede afectar a cualquier persona, su incidencia aumenta con la edad y con la presencia de factores de riesgo como la hipertensión, el tabaquismo o el colesterol elevado. Comprender qué es, cómo se manifiesta y qué consecuencias tiene es clave para prevenirlo o enfrentarlo de manera adecuada.
El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, ocurre cuando el suministro de sangre al cerebro se interrumpe, lo que priva a las células cerebrales de oxígeno y nutrientes esenciales. Las secuelas pueden variar desde leves problemas de movilidad hasta discapacidades permanentes, dependiendo del tiempo que transcurra hasta recibir atención médica y de la gravedad del episodio. Además, los síntomas de alerta pueden ser sutiles, lo que hace imprescindible conocerlos para actuar de inmediato.
En este artículo, trataremos en profundidad qué es el ictus, cuáles son sus causas, cómo identificar los primeros síntomas, y qué se puede hacer para reducir el riesgo de padecerlo. También hablaremos sobre las posibles secuelas, los tratamientos actuales y cómo se puede recuperar la calidad de vida tras un episodio.
¿Qué es un ictus?
El ictus es una enfermedad neurológica grave que ocurre cuando el cerebro no recibe el suministro adecuado de sangre. Esto puede suceder por dos razones principales: una obstrucción en los vasos sanguíneos, conocido como ictus isquémico, o la ruptura de un vaso, lo que da lugar a un ictus hemorrágico. Ambos tipos comprometen la llegada de oxígeno y nutrientes al cerebro, lo que puede provocar la muerte de las células nerviosas en cuestión de minutos.
El ictus no discrimina: afecta tanto a hombres como a mujeres, y aunque su incidencia aumenta con la edad, cada vez más jóvenes sufren esta enfermedad debido a factores como el estrés, el sedentarismo y la mala alimentación. Reconocer los síntomas y actuar rápidamente es vital para reducir los daños cerebrales y mejorar el pronóstico.