La hepatitis C es una infección hepática silenciosa y potencialmente mortal que muchas personas portan sin saberlo. Causada por el virus de la hepatitis C (VHC), esta enfermedad puede pasar desapercibida durante años, mientras daña progresivamente el hígado.
Si no se detecta a tiempo, puede evolucionar a cirrosis, insuficiencia hepática o incluso cáncer de hígado. La hepatitis C se transmite principalmente a través del contacto con sangre contaminada, como en el uso compartido de agujas, procedimientos médicos inseguros o tatuajes con equipo no esterilizado.
Aunque en sus primeras etapas la enfermedad puede no mostrar síntomas, existen tratamientos modernos que pueden curarla si se detecta a tiempo, lo que subraya la importancia de un diagnóstico temprano.
¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C es una enfermedad viral que afecta al hígado. Está causada por el virus de la hepatitis C (VHC), el cual provoca inflamación y daño hepático. Aunque muchas personas infectadas no presentan síntomas iniciales, la enfermedad sigue avanzando y puede volverse crónica.
Esta fase crónica es particularmente peligrosa, ya que puede causar cirrosis o cáncer de hígado si no se trata. La hepatitis C se clasifica en seis genotipos principales, y conocer el genotipo del virus es crucial para determinar el tratamiento adecuado.