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Extrasístoles: ¿Por qué ocurren las alteraciones del ritmo cardíaco?

jueves, 16 de enero de 2025

Las extrasístoles son un tipo de arritmia cardíaca que, aunque suelen ser inofensivas, pueden generar preocupación en quienes las experimentan. Esa sensación de un latido "extra", un sobresalto en el pecho o incluso un vacío momentáneo es algo que muchas personas han sentido alguna vez. Pero ¿qué las provoca? ¿Es necesario tratarlas siempre? Y, sobre todo, ¿cómo distinguir cuándo son una señal de algo más grave? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre las extrasístoles, desde sus causas y síntomas hasta su diagnóstico y tratamiento. Es importante entender mejor a tu corazón y sus latidos, incluso aquellos que parecen fuera de ritmo.

Los latidos del corazón suelen seguir un ritmo constante, regulado por impulsos eléctricos precisos. Sin embargo, las extrasístoles rompen esta sincronización al ser contracciones prematuras que surgen antes del siguiente latido normal. Aunque para muchas personas pasan desapercibidas, en otros casos pueden generar incomodidad o ansiedad. Comprender qué son, qué las desencadena y cómo afectan la salud general es esencial para desmitificar este fenómeno y, en caso necesario, actuar a tiempo.

¿Qué son las extrasístoles?

Las extrasístoles son contracciones prematuras del corazón que ocurren antes del siguiente latido normal. Estas contracciones pueden originarse en las aurículas (extrasístoles auriculares) o en los ventrículos (extrasístoles ventriculares). Este latido anticipado interrumpe momentáneamente el ritmo normal del corazón, generando una pausa compensatoria que puede hacer que el siguiente latido sea más fuerte o notorio.

En términos simples, las extrasístoles son como un "salto" en el ritmo cardíaco. A menudo se describen como una sensación de que el corazón "se detiene", "da un vuelco" o "late fuera de tiempo". Aunque pueden ser desconcertantes, la mayoría de las veces son benignas y no representan un riesgo para la salud, especialmente en personas sin enfermedades cardíacas subyacentes.

Sin embargo, cuando las extrasístoles son frecuentes o se asocian con otros síntomas, como mareos, falta de aire o dolor en el pecho, pueden ser un signo de una afección subyacente que requiere atención médica. Por eso, es importante no ignorarlas si generan malestar o preocupaciones.

Causas de las extrasístoles

Existen diversas razones por las que pueden aparecer extrasístoles. Algunas de las más comunes incluyen:

  • Estrés y ansiedad: las emociones intensas y los episodios de estrés agudo son factores desencadenantes habituales. El sistema nervioso autónomo, que regula el ritmo cardíaco, puede ser sensible a estos estados emocionales.
  • Estimulantes: el consumo de cafeína, alcohol, nicotina o incluso ciertos medicamentos puede aumentar la probabilidad de extrasístoles. Estos agentes estimulan el sistema nervioso y afectan la actividad eléctrica del corazón.
  • Trastornos del sueño: la falta de sueño o la apnea del sueño pueden influir negativamente en el ritmo cardíaco, favoreciendo la aparición de extrasístoles.
  • Afecciones cardíacas subyacentes: aunque la mayoría de las extrasístoles son benignas, algunas pueden estar relacionadas con problemas cardíacos como cardiopatías isquémicas, miocardiopatías o valvulopatías.
  • Desequilibrios electrolíticos: niveles anormales de potasio, calcio o magnesio en el cuerpo pueden alterar la conducción eléctrica del corazón.
  • Cambios hormonales: etapas como el embarazo o desequilibrios hormonales pueden predisponer al corazón a presentar latidos anormales.

Síntomas y señales de alarma

Las extrasístoles, aunque en su mayoría inofensivas, pueden manifestarse de diversas formas, y su percepción varía de una persona a otra. Algunas personas apenas las notan, mientras que otras pueden sentirlas de manera intensa y recurrente. Reconocer los síntomas es clave para identificar este fenómeno y determinar si requiere atención médica.

Sensación de "vuelco" o "latido fuerte" en el pecho

Uno de los síntomas más característicos de las extrasístoles es la sensación de un latido que se siente más fuerte o diferente a los habituales. Esto ocurre porque, tras el latido prematuro, el corazón suele hacer una pausa compensatoria. El siguiente latido puede ser más intenso debido a que el ventrículo se llena de más sangre durante esa pausa.

Palpitaciones o ritmo irregular

Las palpitaciones son un síntoma frecuente asociado con las extrasístoles. Muchas personas describen una sensación de "ritmo descontrolado" o "latidos adicionales". Estos episodios pueden durar solo unos segundos o prolongarse durante más tiempo, generando incomodidad o ansiedad.

Sensación de vacío o sobresalto en el pecho

Algunas personas perciben las extrasístoles como si el corazón "se detuviera" brevemente, seguido de un fuerte latido. Este fenómeno es comúnmente interpretado como un "vacío" en el pecho y puede resultar desconcertante, aunque generalmente no es peligroso.

Mareos o sensación de debilidad momentánea

En casos menos comunes, las extrasístoles pueden ir acompañadas de una leve sensación de mareo o debilidad. Esto se debe a una disminución transitoria del flujo sanguíneo durante el latido anormal, especialmente si las extrasístoles ocurren en secuencia.

Ansiedad o malestar emocional

La percepción de un ritmo cardíaco irregular puede generar ansiedad en muchas personas. El miedo a que algo esté "mal" con el corazón puede intensificar los síntomas, creando un círculo de estrés que puede agravar la percepción de las extrasístoles.

Falta de aire o dolor en el pecho

Aunque poco frecuentes, estos síntomas pueden aparecer en episodios de extrasístoles frecuentes o en personas con afecciones cardíacas subyacentes. La falta de aire o el dolor en el pecho deben ser considerados señales de alarma y evaluados por un médico de inmediato.

Señales de alarma: cuándo buscar ayuda médica

Si bien la mayoría de las extrasístoles son benignas, hay situaciones en las que requieren atención médica inmediata. Es importante estar atento a los siguientes signos:

  • Extrasístoles frecuentes que ocurren repetidamente en cortos periodos.
  • Episodios acompañados de dolor en el pecho, dificultad para respirar o mareos intensos.
  • Palpitaciones que interfieren significativamente con las actividades diarias o el sueño.
  • Antecedentes de enfermedades cardíacas o factores de riesgo como hipertensión, colesterol alto o diabetes.
  • Cambios recientes en el ritmo cardíaco que se perciben diferentes o más intensos.

Consultar con un médico es fundamental si los síntomas generan dudas o afectan la calidad de vida. Un diagnóstico adecuado permite descartar problemas subyacentes y proporciona tranquilidad al paciente.

¿Cómo se diagnostica este problema?

El diagnóstico de las extrasístoles se basa en una combinación de historial clínico, examen físico y pruebas específicas. Estas incluyen:

  • Electrocardiograma (ECG): permite registrar la actividad eléctrica del corazón y detectar latidos anormales.
  • Holter de 24 horas: un dispositivo portátil que monitoriza el ritmo cardíaco durante un día completo, ideal para identificar extrasístoles que no se manifiestan constantemente.
  • Ecocardiograma: evalúa la estructura y función del corazón para descartar afecciones subyacentes.
  • Prueba de esfuerzo: determina si las extrasístoles aparecen durante el ejercicio físico.

Tratamiento de las extrasístoles

El tratamiento de las extrasístoles depende de su causa, frecuencia y del impacto que tengan en la calidad de vida de la persona. Aunque muchas veces no requieren intervención médica, ya que son benignas, es fundamental evaluarlas si generan síntomas molestos o están asociadas a otras afecciones cardíacas. 

Reasignación del tratamiento: ¿Siempre es necesario?

En la mayoría de los casos, las extrasístoles no necesitan tratamiento específico, especialmente si no afectan la función cardíaca ni generan síntomas significativos. En estos casos, el enfoque médico puede centrarse en tranquilizar al paciente y descartar cualquier patología subyacente a través de pruebas diagnósticas como un electrocardiograma o un holter de 24 horas.

Tratamiento médico para controlar los síntomas

Cuando las extrasístoles son frecuentes o sintomáticas, los médicos pueden recurrir a medicamentos. Entre las opciones más comunes están:

  • Betabloqueantes: estos medicamentos se utilizan para reducir la sensibilidad del corazón y controlar el ritmo cardíaco, siendo eficaces en personas con palpitaciones molestas.
  • Antiarrítmicos: en casos más severos o en personas con antecedentes de arritmias complejas, estos fármacos ayudan a estabilizar el ritmo cardíaco. Sin embargo, su uso requiere una evaluación cuidadosa por parte de un cardiólogo debido a los posibles efectos secundarios.

Cambios en el estilo de vida

Uno de los pilares del tratamiento de las extrasístoles es abordar los factores desencadenantes a través de ajustes en el estilo de vida. Estos cambios no solo pueden reducir la frecuencia de las extrasístoles, sino también mejorar la salud cardiovascular general:

  • Evitar el estrés: el estrés y la ansiedad son desencadenantes comunes. Practicar técnicas de relajación, como yoga, meditación o ejercicios de respiración, puede ser de gran ayuda.
  • Reducción de sustancias estimulantes: el consumo de cafeína, alcohol y tabaco está relacionado con un aumento de las extrasístoles. Limitar su ingesta o eliminarlos completamente puede marcar una gran diferencia.
  • Hidratación y descanso adecuado: la deshidratación y la falta de sueño pueden influir en el ritmo cardíaco. Mantener un equilibrio en estos aspectos es crucial para reducir la aparición de extrasístoles.

Tratamiento de afecciones subyacentes

Si las extrasístoles están relacionadas con enfermedades cardíacas o condiciones como hipertensión, apnea del sueño o hipertiroidismo, tratar estas afecciones es esencial para controlar las extrasístoles. Un enfoque integral puede incluir:

  • Control estricto de la presión arterial.
  • Uso de dispositivos como CPAP en caso de apnea del sueño.
  • Medicación para regular los niveles hormonales en trastornos tiroideos.

Procedimientos médicos en casos graves

En situaciones excepcionales, cuando las extrasístoles son muy frecuentes, provocan taquicardias o comprometen la función cardíaca, se pueden considerar procedimientos más avanzados:

  • Ablación por catéter: este procedimiento elimina el tejido cardíaco responsable de las extrasístoles recurrentes. Es una técnica eficaz, especialmente en casos donde los medicamentos no son suficientes o no son bien tolerados.
  • Implantación de dispositivos cardíacos: en personas con arritmias complejas o riesgo de insuficiencia cardíaca, puede ser necesario el uso de un desfibrilador o marcapasos.

Seguimiento y apoyo continuo

El tratamiento de las extrasístoles no termina con la prescripción de un medicamento o un procedimiento médico. Es crucial realizar un seguimiento regular para evaluar la evolución del paciente y ajustar el tratamiento según sea necesario. Además, contar con apoyo psicológico puede ser beneficioso para quienes experimentan ansiedad relacionada con las palpitaciones.