Las extrasístoles son un tipo de arritmia cardíaca que, aunque suelen ser inofensivas, pueden generar preocupación en quienes las experimentan. Esa sensación de un latido "extra", un sobresalto en el pecho o incluso un vacío momentáneo es algo que muchas personas han sentido alguna vez. Pero ¿qué las provoca? ¿Es necesario tratarlas siempre? Y, sobre todo, ¿cómo distinguir cuándo son una señal de algo más grave? Te contamos todo lo que necesitas saber sobre las extrasístoles, desde sus causas y síntomas hasta su diagnóstico y tratamiento. Es importante entender mejor a tu corazón y sus latidos, incluso aquellos que parecen fuera de ritmo.
Los latidos del corazón suelen seguir un ritmo constante, regulado por impulsos eléctricos precisos. Sin embargo, las extrasístoles rompen esta sincronización al ser contracciones prematuras que surgen antes del siguiente latido normal. Aunque para muchas personas pasan desapercibidas, en otros casos pueden generar incomodidad o ansiedad. Comprender qué son, qué las desencadena y cómo afectan la salud general es esencial para desmitificar este fenómeno y, en caso necesario, actuar a tiempo.
¿Qué son las extrasístoles?
Las extrasístoles son contracciones prematuras del corazón que ocurren antes del siguiente latido normal. Estas contracciones pueden originarse en las aurículas (extrasístoles auriculares) o en los ventrículos (extrasístoles ventriculares). Este latido anticipado interrumpe momentáneamente el ritmo normal del corazón, generando una pausa compensatoria que puede hacer que el siguiente latido sea más fuerte o notorio.
En términos simples, las extrasístoles son como un "salto" en el ritmo cardíaco. A menudo se describen como una sensación de que el corazón "se detiene", "da un vuelco" o "late fuera de tiempo". Aunque pueden ser desconcertantes, la mayoría de las veces son benignas y no representan un riesgo para la salud, especialmente en personas sin enfermedades cardíacas subyacentes.
Sin embargo, cuando las extrasístoles son frecuentes o se asocian con otros síntomas, como mareos, falta de aire o dolor en el pecho, pueden ser un signo de una afección subyacente que requiere atención médica. Por eso, es importante no ignorarlas si generan malestar o preocupaciones.