Síntomas de la ELA
- Debilidad muscular progresiva: afecta la capacidad para caminar o realizar actividades diarias.
- Tropezones y caídas: debido a la debilidad en las piernas, los pies o los tobillos.
- Alteración del lenguaje y dificultad para hablar.
- Calambres musculares y movimientos anormales.
- Pérdida de peso debido al deterioro muscular.
Causas de la ELA
De momento no se ha identificado una causa específica para la ELA, se cree que factores genéticos, ambientales y de estilo de vida pueden contribuir a su desarrollo.
Las mutaciones en ciertos genes, como el gen C9orf72, se han relacionado con la aparición de la enfermedad. Además, la exposición a toxinas ambientales y la presencia de inflamación crónica también se han estudiado como posibles factores de riesgo.
¿Hay tratamientos?
A pesar de que no existe una cura definitiva para la ELA, se pueden implementar estrategias para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
- Terapia de soporte: incluye fisioterapia, terapia ocupacional y logopedia para mantener la función muscular y la comunicación.
- Dispositivos de asistencia: como sillas de ruedas, comunicadores electrónicos y ventiladores para ayudar con la movilidad y la respiración.
- Medicamentos: hay algunos que puede retrasar la progresión de la enfermedad.
- Cuidado multidisciplinario: un enfoque integral que involucra a médicos, terapeutas y trabajadores sociales para abordar las necesidades físicas, emocionales y sociales de los pacientes y sus familias.