La candidiasis es una infección provocada por un crecimiento excesivo de hongos del género Candida, siendo Candida albicans la especie más común. Aunque forma parte de la microbiota habitual de nuestro cuerpo —especialmente en la boca, la piel, el intestino y la zona genital—, cuando se altera el equilibrio natural, este hongo puede proliferar y generar síntomas molestos. Esta situación, que puede parecer puntual, afecta cada vez a más personas y en distintos contextos, desde infecciones leves hasta cuadros que requieren atención médica urgente.
Muchas veces, la candidiasis se manifiesta de forma silenciosa, con signos que pueden confundirse con otras dolencias. Por ejemplo, un picor persistente en la zona íntima, molestias al tragar o enrojecimiento de la piel que no remite, son pistas que merecen atención. Reconocer estos indicios es clave para actuar a tiempo y evitar que la infección se complique. La candidiasis no distingue edad ni género, y puede afectar tanto a adultos como a niños, e incluso a personas con sistemas inmunitarios debilitados, donde adquiere un perfil más preocupante.
La importancia de comprender qué es la candidiasis va más allá de aliviar un malestar puntual. Se trata de entender cómo se origina, qué factores favorecen su aparición, cómo se manifiesta en sus diferentes formas y, sobre todo, qué tratamientos son eficaces para erradicarla. Desde la prevención hasta las opciones terapéuticas actuales, este reportaje busca ofrecer una visión clara y cercana sobre la candidiasis, despejando dudas frecuentes y ayudándote a detectar sus señales de alarma para proteger tu salud.
¿Qué es exactamente la candidiasis?
La candidiasis es una infección por hongos del género Candida. En condiciones normales, este microorganismo vive en equilibrio dentro de nuestro cuerpo sin provocar problemas. Sin embargo, determinados factores como una bajada de defensas, cambios hormonales o el uso prolongado de antibióticos pueden alterar este equilibrio y favorecer su crecimiento descontrolado.
Aunque se suele asociar la candidiasis con la zona genital, lo cierto es que puede manifestarse en múltiples áreas del organismo. Hablamos de candidiasis oral, cutánea, esofágica e incluso invasiva, cuando el hongo accede al torrente sanguíneo o a órganos internos, situación que requiere atención médica inmediata.
La Candida albicans es la especie más habitual, pero existen otras menos conocidas, como Candida glabrata o Candida tropicalis, que también pueden ser responsables de estas infecciones. La capacidad de adaptación de estos hongos y su resistencia creciente a ciertos tratamientos hacen que la candidiasis sea una infección a la que conviene prestar atención.
Factores que favorecen la aparición de candidiasis
No todas las personas tienen el mismo riesgo de padecer candidiasis. Existen circunstancias que incrementan notablemente las posibilidades de que esta infección se desarrolle. Por ejemplo, los cambios hormonales durante el embarazo, el uso de anticonceptivos hormonales o la diabetes mal controlada son algunos de los factores que crean un entorno propicio para la proliferación del hongo.
El uso prolongado de antibióticos es otro desencadenante habitual. Estos medicamentos, si bien son esenciales para combatir bacterias, también eliminan la flora bacteriana beneficiosa que mantiene a raya el crecimiento de la Candida. Cuando esto ocurre, el hongo encuentra vía libre para expandirse.
Además, las personas inmunodeprimidas, ya sea por enfermedades como el VIH, tratamientos oncológicos o trasplantes de órganos, tienen un riesgo significativamente mayor. En estos casos, la candidiasis puede evolucionar hacia formas graves que requieren tratamiento hospitalario.
Otros factores a tener en cuenta son:
- La humedad constante en la piel o mucosas.
- La obesidad, por la fricción y el sudor en ciertos pliegues cutáneos.
- Una mala higiene o, por el contrario, una higiene excesiva que altere la flora protectora natural.